lunes, 28 de enero de 2008

El poder de la iglesia Católica

Guadalajara es una ciudad muy devota, fama ganada a pulso por ser tierra de gran respeto

hacia la fe y fortaleza de la iglesia Católica, la cual es seguida por la mayoría de la población en México; toda una institución que difunde valores universales de bondad y emprende grandes esfuerzos de caridad tan necesarios en nuestra sociedad hoy es blanco de distintos desplantes, desde los cuestionamientos valederos hasta ofensas bastante subidas de tono sobre todo venidas de autores de otras latitudes, como la capital de la república. Todo esto refleja un profundo resentimiento y desprecio no sólo hacia la fe Católica sino a todas las demás -esto es- a la religión en si y sus raíces por eso son tiempos propicios para revisitar esa esencia y el sentido de la misma: la fe Católica ha sido testigo de más de 2000 años de historia, del desarrollo de la civilización moderna, desde la época del imperio Romano hasta esta era globalizada, se remonta su doctrina, más allá de los aconteceres conocidos de la humanidad; la fe siempre ha acompañado a los pueblos del mundo, tal como se ciñó a estos la ciencia y la política como parte integral de la civilización; esto puede sugerir varios hechos presentados a continuación.

La religión es una necesidad del hombre

No es la casualidad la presencia de la religión en la sociedad, el simple acto de darle certeza a lo complejo, sentido a los vacios del saber humano y consuelo ante lo inevitable, permite encontrar la paz en un mundo desafiante y vuelve a la vida llevadera y plena. Existir sin Dios no significa el imperio de la razón y la ciencia -como lo aperciben en corrientes políticas de moda en el DF-, aún algo tan puro como el discernimiento, la ciencia requiere un ingrediente místico, no en sus juicios o silogismos, sino en sus motivaciones, en sus objetivos: el hacer el bien, el promover la grandeza de la humanidad y perseguir una armonía entre nuestro entorno y la gente.

Haz todo el bien que puedas, a toda la gente que puedas…

Un poco de filosofía lleva al ateísmo, una filosofía superior lleva al reencuentro con la fe, parecemos –entre tanta crítica inusual e intensa- habernos olvidado de que la iglesia se presta a la tarea más noble jamás concebida por la humanidad, una labor desinteresada e incondicional de hacer abrigar esperanza y una llama de bondad en cada uno de nosotros.

Alfa y Omega

La fe circunscribe el principio y el fin en lo particular y en lo general, define el bien en si mismo, no sólo con instrucciones, como los 10 mandamientos universales, por ejemplo, sino la pureza de un concepto (el bien) concebido en la perfección de Dios mostrando el ejemplo, el camino que -como Jesús- nos lleva y exige a buscar ser digno de nuestra fe, es decir, hacer el bien sin esperar obtener nada a cambio, sin mayores motivos y llevarlo a cada esfera de la vida, quitándole la frialdad a un mundo que entendido sólo a través del crisol de la ciencia, de la Física es caótico e indiferente ante el sufrimiento, sentir y el valor de nuestros semejantes o los regalos de la naturaleza, en cada especie, en todo paisaje. La abstracción de la razón y lo relativo del estudio científico hacen ver como cosas a las personas, lo que ante los ojos de Dios es su creación maestra puede degradarse a la cultura de la muerte, del aborto, de la desaparición de la familia, de la destrucción si se opta por el llano y egoísta poder de saber y no del poder de ayudar.

Tal vez fue el paso del tiempo

Jesús no se ha manifestado plenamente desde hace 2 milenios, por eso

tal vez, se ha dejado mucha gente de identificar con la iglesia Católica, sería

mucho pedir que volviera; pero podemos empezar por hacer un esfuerzo y acercarnos

aún más a esta doctrina y profesar con orgullo un patrimonio, donde gran parte

de nuestras costumbres e identidad han forjado, sobre todo la identidad jalisciense, que es la mexicana, que nuestra sociedad recupere el amor por la vida que nos hizo creadores de una cultura famosa en todo el mundo.

La Iglesia no está en sus errores sino en los aciertos

Generalizar por casos ajenos a los principios de la fe y la salud de la mente y espíritu es una manera muy simplona de desacreditar el servicio a la sociedad que por siglos ha significado la Iglesia. Es muy difícil desentenderse de temas políticos y así –siendo justos- como de repente opinan sobre la religión algunos servidores públicos, los jerarcas de esta institución se expresan sobre las preocupaciones de la sociedad, sin intervenir en las decisiones del gobierno, sino simplemente dando puntos de vista como se dan en la calle por parte de gente de todos los oficios o profesiones.

Sólo por no dejar fuera esta visión

No se trata de imponer esta opinión o chocar con la llamada izquierda, sino de incluir las

Convicciones y argumentos de quienes defendemos la fe y creemos en el ser humano.

Los evangelios no serán de todos, pero la Iglesia Católica representa muchas acciones benignas, para el particular, en Jalisco si le va bien a esta le va bien al estado, ( ha conservado una presencia importante en esta gran institución en país y en el Vaticano) por lo antes expuesto es que no es realidad válido tanto ataque, ni mucho menos que compremos los jaliscienses la idea de irnos contra un baluarte de nuestros usos, esperemos, y costumbres. El poder de la Iglesia no es su influencia (que no siempre la ha tenido, tantas veces atacada y sometida) sino nuestro éxito como fieles.